Shanghái es la ciudad más poblada de China y la segunda de todo el planeta, solo por detrás de Tokio. También es la capital económica del gigante asiático. Posee el mayor puerto del mundo por el volumen de mercancías; es el segundo, por detrás de Singapur, en tráfico de contenedores marítimos.
La Bolsa de Valores de la ciudad es la quinta más importante del globo terráqueo. En términos de capitalización de mercado, se ubica incluso por delante de su “rival” Hong Kong. Y ello pese a las limitaciones todavía existentes para la entrada de capital extranjero.
Crecimiento espectacular
Hasta 1992, la ciudad anclada en la costa oriental china, era una región olvidada. Pese a ser una de las más pujantes desde finales del siglo XIX hasta la década de 1930, después de La Guerra del Pacífico en 1941 empezó a quedar abandonada. Aunque sería el triunfo de la Revolución China, con el ascenso al poder del Partido Comunista en 1949, lo que provocaría que todos los capitales extranjeros migraran a Hong Kong.
Sin embargo, una serie de reformas impulsadas por el gobierno central durante la década de 1980 y principios de los años 90, permitieron el regreso de la inversión foránea. A partir de ahí, el crecimiento económico de la ciudad ha sido imparable.
Shanghái: auténtica y genuina
Shanghái es una de las cuatro ciudades de la República Popular China administrada por el gobierno central. Se trata de una metrópoli cosmopolita, donde el turismo también juega un papel fundamental dentro de su pujante actividad económica. Se estima que solo durante la celebración del Día Nacional de China, la urbe recibe unos cuatro millones de visitantes.
Los atractivos que ofrece son muchos. Destaca el Bund, una gran área de 1,5 kilómetros de extensión, construido en la ribera del río Huangpu y conformado por 52 edificios de diversos estilos arquitectónicos. Otra zona de gran interés es Pudong, distrito financiero de la urbe y epicentro de grandes e imponentes rascacielos.
En Shanghái se conjuga pasado, presente y futuro en una sola ciudad, pese a los avances y múltiples innovaciones tecnológicas. Sin importar la llegada de gentes de todos los rincones del planeta, mantiene intacta su atmósfera cargada de tradiciones. Su esencia permanece inalterable, junto con su desarrollo incombustible.
La Megalópolis China
Shanghái es uno de los destinos predilectos de los extranjeros que quieren asentarse en el Gigante Amarillo. La sexta parte de los foráneos contratados por empresas chinas, viven en la ciudad “en el mar”. Esto obedece principalmente a una política adelantada por el gobierno, que ha permitido reforzar la integración del talento internacional al mercado local.
Una de las últimas medidas adoptadas, es permitir el reclutamiento de jóvenes profesionales recién graduados de universidades reconocidas a lo largo del mundo. Esto se consigue, entre otras cosas, gracias a la flexibilización de las normas para tramitar las visas de trabajo.
Para atraer al talento extranjero, se ofrece todo lo que una ciudad debe garantizar para dar calidad de vida. Acceso a todos los servicios básicos, sistemas de transporte y movilidad rápidos y eficientes, así como un sistema educativo público de alta calidad. Otro rasgo destacado es el referente a la seguridad personal. Por todas las calles y avenidas de la municipalidad se puede caminar a cualquier hora del día, sin sufrir riesgos de ningún tipo.
Equipo EurochinaBridge.com