La guerra comercial entre la potencia asiática y Estados Unidos, en aras de apoderase de la economía global, ha desencadenado que la relación entre ambos países se deteriore en gran escala en los últimos tiempos. Para muestra de ello, son las alarmantes cifras que pasan de 24.000 millones de dólares en la primera mitad del año 2017, a solamente 2.000 millones en 2018, lo cual se ha traducido en áreas de oportunidad de desarrollo industrial para diversas zonas del orbe.
No es de sorprenderse que, en el ambiente de presión comercial e incremento de aranceles actual, los empresarios chinos cada vez inviertan menos capital en Estados Unidos. Sin embargo, esta crisis no es el detonante de la ralentización de la inversión china en el extranjero, pues desde el 2016, el gobierno de aquel país, como medida proteccionista, ha fortalecido las restricciones regulatorias debido a la enorme cantidad de inversiones que han surgido en los últimos años.
Un punto medular en el conflicto comercial entre China y Estados Unidos, que ha conducido a la nación asiática a “voltear” a otros mercados, es la aplicación de los aranceles a las importaciones de productos y mercancías chinas a alrededor de 818 categorías, incluyendo en su mayoría componentes de la cadena de suministro del sector industrial y tecnológico. Por su parte, China ha contestado con represalias comerciales al instaurar nuevos aranceles del 25% a 106 productos de origen americano por valor de 50.000 millones de dólares, entre los que sobresalen productos como la soja, el maíz, la carne vacuna y porcina, automóviles y/o aviones.
Actualmente, China se ha visto involucrada en una etapa de diversificación de sus mercados para así poder nivelar, en la medida de lo posible, la implantación de los citados aranceles.
De acuerdo a un informe publicado por la prestigiosa multinacional estadounidense Baker & McKenzie, España se ha convertido en el quinto país del continente europeo que atrae mayor inversión del país asiático, en virtud de los 1.100 millones de euros que recibió durante el primer semestre del año en curso, procedentes de inversionistas chinos.
Dicho informe, subraya que esta inversión en territorio español se ha triplicado durante los primeros seis meses del año, obteniendo un incremento del 311%, solo por detrás de Suecia (3.045 millones de euros), Reino Unido (1.399 millones de euros), Alemania (1.291 millones de euros) y Francia (1.234 millones de euros.
Entre los mercados en los que España es pieza clave para las importaciones chinas, está el sector cárnico, que es uno de las industrias más importantes para este país. El potencial que brinda China en este sector, es de tomar en cuenta dada su enorme población y, como muestra de esto, son las importaciones de casi 700. 000 toneladas de carne vacuna el año pasado por un valor que asciende a un cantidad aproximada de 2.700 millones de euros, de acuerdo a lo publicada por la administración de aduanas.
Equipo EurochinaBridge.com