Economia

El plan de China para independizarse

EurochinaBridge: El plan de China para independizarse

Queda menos de un mes para la próxima reunión del Comité Central del Partido Comunista de China, que tendrá lugar a principios de octubre. La crisis global provocada por el covid-19 y los rebrotes del virus copan toda la atención mediática, dejando en un segundo plano el cónclave en el que se dirimirá la dirección que toma la segunda economía más importante del mundo. Todo hace indicar que se va a producir un giro en el país que puede perjudicar a Europa y, en especial, a Alemania en el medio plazo. China está preparando una estrategia para reducir la dependencia de su economía del exterior, a través de un plan que lleve al país a acercarse a la autosuficiencia para blindarse ante la nueva 'era del desorden'. Este cambio puede suponer una seria amenaza para los grandes socios comerciales del 'gigante asiático'.

De confirmarse, será un cambio de rumbo tras años de integración. Las reformas aperturistas llevadas a cabo en China a partir de 1978 crearon una economía totalmente dependiente de la demanda exterior (exportaciones) de bienes de bajo valor añadido. Poco a poco, el tejido productivo chino fue escalando hacia la fabricación de bienes de mayor valor añadido (chips, teléfonos, dispositivos médicos...) que generasen un mayor beneficio y redujesen la dependencia del exterior de algunos de estos bienes con clave para el desarrollo militar o la inteligencia artificial.

Más allá de esa tendencia, que ha continuado a medida que los costes laborales aumentaban y aumentaba la especialización de la economía, las autoridades chinas presentaron una nueva estrategia tras la crisis global de 2008 que incluía la expansión de la demanda interna para lograr un crecimiento más sólido y sostenible en el tiempo. Esto ha llevado a que China consuma millones de bienes y servicios extranjeros, apoyando el crecimiento de otros países. Los datos oficiales revelan que el consumo interno en China supuso un 57,8% del PIB (40% consumo de los hogares y 17% consumo público) el año pasado, en comparación con el 35,3% en 2008. La composición del PIB de China se parece ahora mucho más a la de un país desarrollado, donde el consumo privado tiene un gran peso.

Este incremento de la demanda interna ha provocado una drástico descenso del superávit por cuenta corriente, que ha pasado de rondar el 9-10% del PIB en 2008 al 1% actual. China se ha convertido en un gran importador de bienes intermedios de calidad, beneficiando a Alemania, Japón, Corea del Sur o EEUU. Esto es lo que parece estar en peligro con la nueva estrategia que pretende adoptar el país a partir de octubre, conocida como 'circulación dual' (dual circulation). China quiere empezar a producir una mayor parte de todos los bienes y servicios de elevado valor añadido que ahora importa, un giro hacia dentro (similar a lo que pretende o pretendía Trump en EEUU) que reduzca la dependencia exterior del país, sobre todo ahora que las relaciones con EEUU y sus aliados son cada vez más tensas.

Peter Dixon y Jörg Krämer, economistas de Commerzbank, lo han catalogado como 'el camino de China hacia la autarquía'. Es cierto que Pekín puede tomar ese camino, pero resulta imposible de creer que logre alcanzar la meta en un mundo todavía globalizado y en el que China todavía necesita importar, por ejemplo, vastas cantidades de petróleo. Sin embargo, países como Alemania o Corea del Sur sí deberían estar preocupados. China no puede extraer petróleo de donde no lo hay, pero sí puede empezar a producir los bienes y servicios que hoy compra a esos países.

Los expertos del banco alemán explican que el país asiático ha tomado este camino con el fin de reducir la vulnerabilidad de su economía respecto al conflicto comercial con EEUU: "China se esfuerza por lograr una mayor independencia de la economía global, centrándose en el mercado interno. Sin embargo, esta estrategia plantea riesgos importantes para China y para las economías industrializadas occidentales". El conflicto con EEUU es una de las características que definen la nueva era en la que está entrando la economía, denominada la 'era del desorden' por el economista de Deutsche Bank Jim Red.

Si los desacuerdos sobre tecnología siguen empeorando durante esta década, los efectos repercutirán en todo el mundo, asegura Jim Red. Este experto cree que la competencia entre China y EEUU "resultará en un 'muro tecnológico' que reducirá la interoperabilidad o interacción entre plataformas de Internet rivales, redes de comunicación satelital, infraestructuras de telecomunicaciones, arquitectura de CPU, sistemas de pago... Las empresas y los países tendrán que elegir un bando o implementar dos estándares de comunicación y redes diferentes para garantizar la interoperabilidad", explica este experto. Si China quiere competir por el dominio de las redes debe tener capacidad para fabricar bienes tecnológicos de mucha calidad.

Un obstáculo para los países que exportan a China estos bienes

"Lo que importa para los socios extranjeros de China es que la llegada de la estrategia 'circulación dual' parece ser un paso para reducir la dependencia de las importaciones, particularmente de insumos y equipos de fabricación de alta gama", destaca Alicia García Herrero, economista de Natixis y una de las mayores expertas en economía china.

"Aunque esto es una reacción al movimiento de Estados Unidos para desacoplar las cadenas de suministro globales, la iniciativa de Pekín, seguramente, generará nuevas preocupaciones para Japón, Corea del Sur, Alemania y otros países que se han beneficiado de la exportación de bienes intermedios a empresas chinas", señala la experta en una nota publicada por el banco francés.

Al igual que la estrategia puesta en marcha en 2008 pretendía estimular la demanda interna (lo que incrementó las importaciones y redujo el déficit exterior), este nuevo plan pretende hacer lo mismo pero con el objetivo de que "la producción nacional logre satisfacer esa demanda, en lugar de las importaciones. En este sentido, la estrategia de 'circulación dual' es una derivada del programa anterior Made in China 2025 del gobierno para mejorar las capacidades tecnológicas de China, haciendo posible sustituir los productos de alta gama gracias a los avances en sectores clave", señala Herrero.

Con la estrategia anterior, Made in China 2025, el país puso los pilares adecuados para escapar de la trampa de ingresos medios e intentar convertirse en una economía orientada hacia la producción de tecnología y bienes de alto valor añadido. Ahora, los dirigentes del país quieren dar el paso final para producir este tipo de bienes, cuya demanda era satisfecha, en gran parte, con importaciones de los países que producen estos bienes.

Por ejemplo, la semana pasada se publicó que con una cuota de exportación del 9%, China se había convertido (tras la zona euro) en el mercado de exportación más importante de Alemania en el segundo trimestre de 2020 adelantando por primera vez a EEUU. Alemania exporta a China principalmente vehículos, piezas de coches, de aviones, máquinas y equipamiento industrial. El plan de China es reducir la importación de este tipo de productos así como las de circuitos electrónicos integrados, partes de teléfonos y otros dispositivos electrónicos. Poco a poco y tras años de mucha inversión, China está siendo capaz de producir estos bienes para cubrir su propia demanda.

"Dicho de otra manera, el antiguo 'reequilibrio' consistía en reducir la dependencia de China de las exportaciones. Por el contrario, el impulso a este plan llamado 'circulación dual' tiene que ver con reducir la dependencia de las importaciones y aumentar la autosuficiencia", comenta Herrero.

Esta economista cree que la estrategia servirá para proteger a la economía china de la volatilidad que podría provenir del extranjero y, al mismo tiempo, beneficiarse de las ventas en los mercados extranjeros. China no quiere dejar de vender su productos al exterior, simplemente quiere reducir lo que su economía compra al extranjero. Esto en términos de PIB puede ser positivo si las empresas chinas logran producir lo que ahora importante con una buena relación calidad/precio. El resultado es que China producirá mucho más, tanto para atender su demanda doméstica como para exportar. El resultado puede ser un PIB mucho más grande.

"La estrategia de reequilibrio (China consumiendo e importando más) fue una gran noticia para el resto del mundo, ya que impulsó las exportaciones de la mayoría de los países hacia China. Esta vez, los países que se beneficiaron probablemente se sentirán decepcionados, en particular los que exportan productos finales de alto valor añadido que China ahora puede producir por sí misma", sentencia Alicia Garcia Herrero.

eleconomista.es

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